Habitacion de Papetona

Papetona se la quito sin vergüenza ninguna...pues Misame era la persona a la que ella queria, y la estaba curando

-Misame-kun, yo...yo... -decia muy bajo -Yo te quiero, te quiero mucho...

Misame simplemente sonrio, ya que no pensaba que aquella escena se trataba de una declaracion sino una forma de decir "gracias" por parte de la joven. El joven dios comienza a limpiar cuidadosamente ambas heridas de la cintura, y cuando dejaron de sangrar coloca suavemente sus manos en la cintura de la joven, como si se tratara de una caricia. Una luz blanca comienza a emerger y comienza a curar lentamente a la joven

- Tranquila Pape... todo va a estar bien...

Papetona sonreia, y se pusó sentada acercado su rostro al da Misame

-Misame-Kun, ciertamente, te quiero -seguia diciendo la pequeña -solo quiero hacerte feliz

Despues, fue posando lentamente sus labios sobre los de Misame, sin dejarlo reaccionar

Misame abre los ojos sin saber que hacer, no entendia muy bien las actitudes de la joven. Ademas, no sentia nada por ella por lo que no queria lastimarla. El joven sigue el juego de Papetona por unos minutos, para distraerla del dolor de sus heridas. Al terminar de curarla, Misame se separa de ella, y aun cerca de su rostro agrega

- Disculpa, Pape... pero no quiero lastimarte...

Misame termina de curar las heridas de Papetona y sus heridas cierran completamente.

La joven lo miro sonriente, no entendia muy lo que habia pasado, hasta que al fin que queda dormida si poder recordar nada

Misame no entendia muy bien lo que habia sucedido, pero sin embargo observa como la joven se duerme lentamente. Misame la toma entre sus brazos, y la encuentra profundamente dormida a causa de un desmayo.
El chico la coloca suavemente en su cama, y besa tiernamente su frente.

- Disculpa, Pape... Pero no soy el chico que estas buscando...

Por ultimo, el clon comienza a rodearse de un torbellino, y desaparece al instante dejando a Papetona descanzar en su habitacion.

Spoiler:

Al dejar Misame sola a Papetona esta empezo a llorar un poco:

-Misame-kun, por que...

La joven estaba en un campo de fino cesped verde, con algunas partes coloreadas por flores, Misame se hallaba en aquel campo tendido como en una cama de flores, estaba muerto delante de Papetona, ella sollozaba abiertamente.

-Si hubiera sido mas fuerte...si pudiera haberte protegido...si no me hubiera acobardado...¡Misame-Kun! - Gritó entre lagrimas - Tu seguirias vivo, estarias abrazandome para consolarme...pero no estas...y todo por esa sabandija maligna que te arrebató la vida...Misame-Kun...no pude decirte lo que te quise siempre, Perdóname.

Una sobra de tristeza y oscuridad se abrió en aquel hermoso sitio, un ser maligno habia aparecido a espaldas de la joven. Papetona no dudó en darse la vuelta para proteger aquello que le quedaba, el cuerpo sin vida de su amado, Misame. Ella entre lagrimas agachó la cabeza y estendió los brazos en forma de cruz para que aquel ser no pasara hacia Misame.

-No, no, no...no dejaré que te lo lleves, esto es lo ultimo que me queda de un amor...que nunca fue -la joven susurraba aquellas palabras con un hilo de voz -Si te lo llevas a él tendrás que llevarme a mi tambien, ya sólo me queda morir por algo que no defendí en su momento.

En aquel instante, aquel ser no dudó ni por un momento matar a la joven, así pues, con una espada le atravesó el corazon...en ese momento Papetona cayó junto a Misame en el suelo...

-Ah!!!!!! -gritó al despértarse entre lagrimas -ha sido un simple sueño...no ha ocurrido de verdad, pero me duele el pecho...

Al palpar sobre su corazón la joven tenia una leve mancha de sangre, era un simple arañado, pero...quien se lo hizo. Se puso en pie buscando a alguien y al ver que estaba sola, se cambió de ropa e hizo estallar la esfera evadido en el suelo.

Papetona llega totalmete sonrojada a su habiatación, habia confesado a Misame sus sentimientos, pero por carta, como una cobarde. Se sentó en la cama y empezó a curarse poco a poco las heridas que su misón le habia producido.

-Misame-Kun, por que seré tan estupida?

Se tumba a descansar un poco y deja sus armas en la habitación, saliendo desprotejida.


Papetona sale de la habitación

La niña entra a su habitación. Papetona había estado mas de una semana vagando por las calles de la ciudad, sin ganas de nada. Sus ojos estaban rojos, llorosos, su ropa estaba desgastada, rasgada. Dejó su capa delicadamente en el suelo, al mismo tiempo comenzaba a desabrocharse la la camisa y a quitarse esa pequeña bola de estrella que llevaba siempre en el cuello. Sus ojos estaban vacíos, sin vida ni alegría aparente. Sus fuerzas estaban menguadas. Se llevó poco a poco sus manos a la cabeza, revolviendo su pelo un poco. Tras eso cayó de rodillas al suelo, apollando levemente.

-Misame... Misame-Kun!!! - Gritó Papetona consumida por el odio -Misame-Kun... te... yo te... yo te odio!!

Apretó sus puños muy fuerte, y sus ojos derramaron unas lagrimas. Parecia sorprendida, así que se tocó para ver si verdaderamente estaba llorando. Aquella joven llena de felicidad se estaba convirtiendo en un mostruo. Apretando sus puños golpeó el suelo con fueza, destrozandolo todo.

-Todo es por tu culpa!! - Gritó con gran torrente de voz, y agachando la cabeza siguió hablando -Sino... sino te hubiera conocido, Misame-kun!!!

La niña emanaba un aura maligna, que acechaba a los animales que habia su alrededor. Aquellos seres salieron cuidadosos de la habitación, para que no se diese cuenta.

-Gobimaku... ha empezado, ahora solo podemos vigilarla desde lejos, de lo contrario, nos matará.

La iluminada gritó aumentando su fuerza, y lanzando puñetazos contra las paredes... causando un gran caos y destruyendolo todo, hata que muy debil y cansada acabó tendida en el suelo, jadeando. Al tiempo se levantó y machó de aquel lugar que no volveria a pisar.

Papetona llegaba tras una misión, que para su gusto, habia sido facil. A duras penas tenia un rasguño, pero era necesario que se curase para así poder participar en otra. Aquello ya no era una habitación, mas bien era un monton de escombros encima de lo que podian haber sido muebles. La niña habia creado un tifon en su mano, y al alzarla retiró los escombros con el fin de encontrar su antiguo botiquin. Tras uno o dos golpes habia conseguido hallar la caja que contenia pociones y otros elementos, la cojió y abrio, sacando un poco de alcohol y aplicandoselo a las heridas. Tras haberselas curado estrella la esfera evadido en el suelo desapreciendo del lugar.

Papetona llegó a lo que se suponia que era su habitacion. Aquello era un caos, era el desorden completo, todo derruido y destruido, aquel sitio era frio y algo siniestro. Entre los escombros, aun se veia su antuguo botiquin, y cojiendolo curo aquella pocas heridas y partió muy rapida. Lo unico que debia era descansar, y eso lo haria por el camino, lo importante es que nadie supiera de ella.