Yuki Samanobu

Nombre: Yuki Samanobu


Edad: 21


Sexo: masculino
Raza: Ángel
Grupo: Exiliado
Naturaleza:
Armamento:
Rasgos:

Spoiler:

Personalidad: Frío y calculador, silencioso,
habla cuando se le pregunta algo, prefiere estar en soledad que en la compañía
de alguien, reservado, pero bajo toda su coraza se encuentra aun latiendo un
corazón que tal vez algún día pueda ser purificado


Historia: Aquella noche, la niebla se
apoderó de la comarca, haciendo que la luz de los farolillos se volviera tenue
y débil...era un panorama tétrico sin duda, una de esas madrugadas en las que
los hermanos Yuki y Jack, se contaban historias de miedo bajo una linterna en
sus rostros. Eran mocosos de apenas 10 años que dejaban volar su imaginación a
merced del miedo y la oscuridad, un ambiente que solía durar hasta bien entrada
la mañana, pero que en aquella ocasión, quedó interrumpido por un estrepitoso
ruido que llegó sonado desde la otra punta de su casa.


Acto seguido a ese suceso, voces, gritos y alaridos
inundaron el lugar. Se notaba la presencia de un grupo de personas,
destrozándolo todo a su paso dentro de su morada. En la habitación de los
muchachos, apareció su madre mostrando un rostro agonizado por el miedo.
Agarrándoles a ambos, decidió sacarles por la puerta trasera. Por el pasillo
que conducía a la salida, una extraña criatura que se mantenía sobre cuatro
patas, se abalanzó contra la madre, incrustándola salvajemente una de sus garras
en su cráneo, y destripando su cuerpo vilmente con sus propias zarpas...el
charco de sangre alcanzó los pies de Yuki, que presa del pánico, permaneció
inmóvil mientras miraba como aquel demonio devoraba a su madre.


Una vez finalizado su festín, el caníbal se volvió hacia el
muchacho, posando su ensangrentada lengua sobre su delicada tez. Yuki no hacía
crédito a lo que sus ojos veían, al igual de que tampoco era consciente de que
su hermano, Jack, no estaba. El resto de criaturas que se encontraban dispersas
por su hogar, se concentraron rodeando al crío, sedientos, rebosando de maldad
e ira.


Se dispusieron a asomar sus afilados dientes, cuando un haz
de luz los cegó temporalmente. Al recuperarse, unas bellas criaturas con alas,
se abalanzaron contra los demonios, venciendo, y salvándole la vida a Yuki, a
quien decidieron llevar al mundo Iluminado.


Yuki creció al cuidado de los ángeles ancianos, los cuales cuidaron de el, y trataron de borrar de su mente el recuerdo de lo sucedido en su niñes.
Una vez crecido yuki emprendió un viaje el cual tenia como objetivo el obtener conocimientos arcanos,
se adentro en unas tierras sombrías, donde el aire era espeso, lo que nunca se dio cuenta es que justamente ese aire estaba contaminado por las semillas de draka, las cuales le regresaron sus recuerdos, sus temores, su deseo de venganza, y su hermano desaparecido asi es como quedo expulsado del paraíso iluminado convirtiéndose en un exiliado, esperando que alguien rescate su corazón y asi finalmente ganarse sus alas